lunes, 19 de diciembre de 2011

INFORME AMERICANO: AMÉRICA, OLIMPIA Y LA DIVINA COMEDIA

por Emanuel Vergara

Como en la Divina Comedia de Dante Alighieri, el infierno y el paraíso son también parte del fútbol. Ese deporte universal que despierta tantas pasiones que exagera las decepciones al nivel del dramatismo infernal y que enaltece los éxitos de manera desmedida y otorga a los ganadores el cetro de dioses o reyes del paraíso.

Como si fueran parte del trazo del Dante, el fútbol paraguayo y colombiano han sido parte de ese legendario relato del siglo XIV. Es que en tierras guaraníes, Olimpia, el decano y máximo ganador de su país, gritó campeón luego de 11 años, demasiado para su envergadura. Mientras que en tierras cafeteras, el América de Cali, uno de los grandes colombianos, se fue al descenso por primera vez en sus 84 años de historia.

El conjunto escarlata debió atravesar ese purgatorio llamado “Promoción” frente al Patriotas de Boyacá. Sin méritos deportivos que favorezcan a los equipos de categoría superior, la definición se fue a los tiros penales luego de dos igualdades en uno. Y para que el dramatismo fuera aún mayor el encargado de sentenciar la historia fue un hijo de su cantera, el portero Carlos Chávez, figura del match y autor del penalti decisivo.

Pero los dirigidos por Wilson Piedrahíta, junto a Millonarios los máximos campeones nacionales con 13 preseas, no descendieron por la actuación de Chávez o por estos partidos de promoción. Los ‘Diablos Rojos’ se fueron a la B por haber tenido tres años fatídicos en los que en sólo una oportunidad, en este Clausura de la Liga Postobón, accedieron a los Play-Off. Tras el título del Clausura 2008, los escarlatas sufrieron un 2009 fatal en el que finalizaron último en la tabla acumulada y un 2010 mediocre en el que no accedieron a las fases finales.

Pero no sólo hubo debacle deportiva, sino que también dirigencial. Dese el titulo de 2008, con el profesor Diego Umaña –que acaba de ser campeón en Perú con el Juan Aurich- pasaron cuatro entrenadores: Juan Carlos Grueso, Jorge Bermúdez, Álvaro Aponte y Wilson Piedrahíta. No hubo convencimiento en ningún proyecto, ni planificación para la obtención de los objetivos. Sin olvidar la parte económica, que retrasó, en varias oportunidades, el pago de los sueldos. Situación, por ejemplo, que llevó al alejamiento de la dirección técnica del Patrón Bermúdez.

Como River en Argentina, rival con el que dirimió la Copa Libertadores de 1986 y 1996 –ambas con derrota-, América vivirá por primera vez en su historia el infierno de la Segunda División, categoría en la que nunca jugó un grande colombiano –los otros grandes son Nacional de Medellín y Millonarios de Bogotá-. Sin querer hacer leña del árbol caído, los caleños son además el primer equipo que desciende por medio de la promoción. Hasta este fin de semana, el equipo de categoría superior siempre había mantenido su lugar.


Sin embargo, un poco más al sur en el medio de la estepa chaqueña, en Paraguay, Olimpia gritó campeón por primera vez en 11 años. Aunque parezca una locura es verdad. Desde 2000 que el ‘Decano’ no festejaba en su país. Sin embargo, en el medio se hizo con un par de títulos internacionales como la Libertadores 2002 –luego perdería la Intercontinental ante el Real Madrid de los ‘galácticos’- y la Recopa 2003.

Pese a los éxitos internacionales, la llama local se había apagado. En la previa del partido decisivo de ayer frente a Rubio Ñú –victoria 2-1 para el campeón-, el entrenador del ‘Rey de Copas’, el uruguayo Gerardo Pelusso había manifestado que “Olimpia es un gigante dormido y yo lo tengo que despertar”. No solo que lo despertó sino que también le lavó la cara, los dientes, le dio el desayuno y lo dejó listo para ir al colegio. Con una campaña impecable en la cosechó 46 unidades producto de 14 triunfos, 4 empates y 4 derrotas; los dirigidos por Pelusso alzan el título que estaba en manos de Nacional y volverán, así, a la Copa Libertadores –de la que fueron campeones en 1979, 1990 y 2002- por primera vez desde 2004.

Para destacar el andar de Olimpia, que en el Apertura ya había sido subcampeón y que en este Clausura volvió a sus raíces. Fundamentales han sido desde su experiencia el zaguero Julio César Cáceres y el mediocentro Sergio Orteman, ambos campeones de la Libertadores 2002. Pero también fue importantísimo el aporte goleador de Pablo Zeballos que conformó una buena dupla de ataque con Maximiliano Biancucchi, el primo de Lionel Messi, y autor de uno de los goles en la consagración de ayer.

La mitad de Paraguay festeja y vive la resaca de una noche como las que no se daban desde el año 2000, mientras que gran parte de Colombia llora el descenso del América, atónitos como ya se había quedado el mundo entero cuando el pasado 26 de junio el que perdía su status era River Plate en Argentina. El Dante nunca supo lo que era el fútbol, pero de haberlo sabido, bien que podría haber sido una especie de oráculo.

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