jueves, 1 de diciembre de 2011

LIGA DE QUITO Y 'U' DE CHILE, UN CANTO AL FÚTBOL

por Emanuel Vergara

La Copa Sudamericana, segunda competición en importancia en el nuevo continente, ya tiene definidos sus finalistas 2011. De un lado un equipo recontra consagrado, el mejor del último lustro, la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Del otro, el mejor equipo del semestre, el más vistoso, la Universidad de Chile, virgen en definiciones continentales.

Será la primera vez en la historia que chilenos y ecuatorianos diriman una final internacional. Pero no por lo insólito negamos que se trate de la final esperada. Pues si nos guiamos por el presente de ambos clubes, la lógica se ha decantado.

Por un lado la Liga de Quito, un ejemplo de institución, que comenzó sobreponiéndose a los pesos pesados de su país como son el Barcelona de Guayaquil y el Emelec, para luego dar el salto a nivel continental donde desde 2008 gana al menos un torneo. A saber, Libertadores 2008, Sudamericana y Recopa 2009 y Recopa 2010. La actual Sudamericana vendría a completar la saga.

La fórmula es simple: el fondo por encima de la figura. Porque más allá de lo nombres que han pasado por el club, la Liga se evidencia como un conjunto fácilmente reconocible. Ya sea con Edgardo Bauza primero, con Jorge Fossati luego y con Bauza ahora otra vez, LDU es igual. Con un dibujo 3-4-2-1 o 3-4-1-2 asfixia a sus rivales con un mediocampo áspero liderado por el Pato Urrutia, los desgasta con el vértigo por las bandas impuesto por los carrileros Paul Ambrosi y Néicer Reasco y engalana la velada con la calidad técnica de los de arriba: la magia de Ezequiel González y el poder de fuego de Hernán Barcos.

Una delicia de equipo el ecuatoriano que ha visto caer en esta competencia a Yaracuyanos, Trujillanos -ambos de Venezuela-, Independiente de Argentina, Libertad de Paraguay y Vélez Sarsfield de Argentina. Acostumbrado a las gestas grandes, se consagró dos veces en el Maracaná de Rio de Janeiro –Libertadores 2008 y Sudamericana 2009, ambas frente a Fluminense-, los de la ‘Casa Blanca’ son los favoritos en la gran final.


Pero la Universidad de Chile no se lo pondrá fácil, pues el entrenador argentino Jorge Sampaoli es un conocedor de la Liga ya que dirigió en Ecuador al Emelec. Pero además del conocimiento del rival, el DT ha constituido un equipo con sello propio que ha llenado los ojos de propios y extraños gracias a un fútbol simple y sutil lleno de toques y goles, sustentado en el liderazgo de su arquero Johnny Herrera y en el dominio del centro del campo impartido por un jugador de nivel internacional como es Charles Aránguiz.

Tanto a nivel local como continental, el actual campeón chileno se ha salido durante el último semestre. Con un invicto de 30 partidos (sumados Liga y Copa), los ´lechuzos’ han paseado su exquisitez por plazas complicadas como Uruguay, Argentina y Brasil. Con ocho victorias y dos empates, los ‘azules’ jugarán su primera final internacional con la firme intención de armar un buen escándalo.

Escándalo fue el que montaron en Brasil frente al Flamengo de Ronaldinho. El pasado 20 de octubre en el Estadio Olímpico Joao Havelange y con el arbitraje testimonial del argentino Saúl Laverni, el elenco universitario alcanzó el sumun de la perfección, el elixir de los portadores de paladar negro. Con una vistosidad inmaculada, la U se paseó por Rio de Janeiro endosándole un 0-4 histórico a los cariocas, gracias a una actuación colectiva brillante, pero con Eduardo Vargas como astro rey.

Es Vargas, surgido de la cantera del Cobreloa –como Alexis Sánchez- y de apenas 22 años, el líder futbolístico de un equipo muy bien amalgamado que, más allá de variar de un 3-5-2 como visitante a un 3-4-3 de local, no pierde ni su identidad ni su patrón de juego que lo ha llevado a ganarle también a otro histórico como Nacional en Montevideo y a Arsenal –campeón en 2007- en Sarandí.

La moneda ya está en el aire, sea cual sea el campeón será un justo campeón. Si les toca perder a los ecuatorianos nadie se olvidará del respeto que se ha forjado a fuerza de seriedad y orgullo competitivo. En tanto, si les toca caer a los chilenos, nadie olvidará ese fútbol champagne de tiki-tiki desarrollado de Santiago al mundo.

No hay comentarios: