martes, 5 de julio de 2011

DIARIOS DE AMÉRICA: OTRO FAVORITO FRENADO

por Carlos Martín Rio

Lo que empezó Bolivia con Argentina y continuó Venezuela con Brasil, ayer lo hizo Perú con Uruguay. Hasta que Chile, unas tres horas después, puso orden y derrotó, no sin sudar, a México, los favoritos o aspirantes a favoritos seguían demostrando muy poco en la Copa América. Los chilenos empezaron perdiendo y sembrando dudas. Gracias a Paredes y Arturo Vidal –el del Leverkusen marcó un golazo de cabeza- dieron la vuelta al marcador en el segundo tiempo y se convirtieron en el primer favorito en ganar un partido en el torneo.

Uruguay se ganó por méritos propios el derecho a ser el máximo candidato a discutir la bicefalia brasileño-argentina. Su cuarto puesto en el mundial de Sudáfrica, su estatus de equipo que salvó el honor de los conjuntos sudamericanos en dicho campeonato, son razones de peso. Pero como si se hubiera metido demasiado en el papel, el cuadro de Óscar Tabárez también decepcionó en su primer partido.

La garra charrúa siempre está presente en los equipos uruguayos. La diferencia, el salto de calidad, se da cuando esta tradicional actitud, encarnada por futbolistas de corte físico, va acompañada de la clase y la calidad de los efectivos del ataque. Cavani (Nápoles), Luis Suárez (Liverpool) y Diego Forlán (Atlético de Madrid), consolidados en las tres ligas tradicionalmente más potentes del continente europeo, ponen la alegría, el gol, marcan la diferencia. La gran novedad respecto al equipo que jugó hace un año en Sudáfrica ha sido la inclusión de Lodeiro en el once como nexo, como enganche, el encargado de recoger el balón en un centro del campo de músculo y hacerlo circular en una delantera de magia.

Ayer,  las ocasiones llegaron a bandazos, se vio poco fútbol, y el trío ofensivo se desconectó demasiado. Arévalo Ríos y Diego Pérez, los gladiadores del mediocentro, son futbolistas espectaculares en labores de contención. De los mejores del oficio. Su problema reside en su falta de habilidad para nutrir de balones a los delanteros. Lodeiro, o las acciones de los delanteros bajando a buscar el balón a posiciones más retrasadas, no fueron suficientes contra los de Sergio Markarian, que con trabajo y disciplina emularon a bolivianos y venezolanos y empezaron su andadura con muy buen pie.

El central Lugano, que a veces se encarga de iniciar desde atrás, falló en la coordinación con su pareja de baile en el centro de la zaga, Victorino, y así llegó el primer gol de los peruanos, un gran balón de Guevara que aprovechó la estrella peruana Paolo Guerrero para hacer saltar la sorpresa. Le costó entrar en el partido a los uruguayos. Gracias, precisamente a un momento de inspiración entre Lodeiro y Suárez, consiguió un insuficiente pero balsámico –por lo que pudo ser haber sido y no fue- empate a uno.

Uruguay, como Brasil, como Argentina, tiene que seguir ajustándose y mejorar mientras lo hace el nivel general del campeonato. Reflexionando en la primera jornada de descanso del torneo, sólo nos falta pedir que los favoritos nos empiecen a demostrar porque les colgamos ese cartel. 

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