martes, 23 de agosto de 2011

MUNDIAL SUB-20: CONCLUSIONES PARA MAÑANA

por Emanuel Vergara

Las copas mundiales Sub-20 siempre nos ofrecen un pantallazo preciso de lo que puede avecinarse en los inmediatos años venideros en relación al mundo del fútbol. Así, Japón se maravilló con Diego Maradona en 1979, México con Bebeto en 1983, Chile con Robert Prosinecki en 1987 y la lista puede seguir por jugadores de la talla de Figo, Rui Costa, Aimar, Riquelme, Xavi, Casillas, Saviola, Messi, Agüero y la cuenta continua. Las figuras de ayer y hoy hicieron sus primeras armas y se dieron a conocer en los mundiales de anteayer y ayer; y los de mañana lo han hecho hoy.

El Mundial de Colombia 2011 que ha concluido con el título de Brasil, el quinto en la categoría, tiene también nombres propios. Desde los campeones Henrique, Óscar o Casemiro hasta los subcampeones portugueses liderados por el portero Mika y el ariete Nelson Oliveira pasando por otras figuras destacadas como los franceses Fofana, Lacazette y Kakuta; el mexicano Enriquez u otros buenos proyectos como el argentino Erik Lamela y los nigerianos Ahmed Musa y Edafe Egbedi. Pero independientemente de las estrellas, desde MdlT queremos destacar cinco hechos que este Mundial nos ha dejado.

1) Brasil es el capo del fútbol mundial.
Por más que los argentinos se esmeren en dar la lata subidos al caballo de Maradona o Messi como más grandes que Péle o el que fuere; o que los españoles piensen que han inventado el fútbol, pese a que han demorado cien años en obtener un título mundial; o que los italianos siempre piensen que son los mejores pese a no dar dos pases seguidos –esto ha cambiado desde Prandelli-; o que los ingleses se ufanen de ser los dueños de la pelota por el sólo hecho de haber inventado las reglas; el verdadero y único gigante del mundo del fútbol es, y por mucho tiempo será, Brasil.

Con el título en Colombia, pese a las ausencias de jugadores importantes como Neymar, Lucas Moura o Lucas Piazón; la ‘canarinha’ es el más grande en lo que a fútbol se refiere. Porque a sus cinco títulos mundiales en mayores hay que agregar los cinco en Sub-20, los tres en Sub-17, además de las ocho Copas América y las tres copas del las Confederaciones. Con muchos de los que han obtenido el ‘penta’ en la categoría -Henrique y Óscar los más destacados- más los tres que estuvieron ausentes, Paulo Henrique y tres mayores; Brasil buscará el próximo año el único título que le es esquivo, el oro olímpico.

2) La potencia naciente de México.
Era increíble pensar hasta hace unos años que en un país de 112 millones de habitantes que respira fútbol y con un poderío económico que le permite tener una de las tres mejores ligas de América Latina –la que mejor paga-, los éxitos deportivos de la selección mexicana se limitaran al ámbito de la CONCACAF, donde el único rival de temer es Estados Unidos. Pero desde 2005 la historia ha empezado a cambiar para los ‘aztecas’.

Cuando en el Mundial Sub-17 de Perú 2005, la quinta de Gio Dos Santos se hizo con el título se plantó la semilla que ya arroja sus primeras flores. Hasta hace pocos años la presencia de jugadores mexicanos en Europa era una rareza. Hoy Europa disfruta de un crack ‘Clase A’ como Chicharito Hernández, pero además acompañado por varios buenos jugadores como los hermanos Dos Santos, Andrés Guardado, Pablo Barrera o Carlos Vela. El campeonato Sub-17 obtenido hace un mes como local, reafirma el buen trabajo que se está haciendo en México con el fútbol base y el tercer puesto obtenido este fin de semana en el Sub-20 de Colombia, coloca al ‘tri’ como depositario de un respeto internacional que nunca había tenido en su historia. Con la base de jugadores que ya brillan en el viejo continente más las jóvenes figuras que van surgiendo y que brillaron en el país cafetero como ‘Cubo’ Torres, Carlos Orrantia o Jorge Enriquez, la selección mexicana apunta todos sus cañones a Brasil 2014, donde espera de una vez por todas superar los octavos de final –no lo hace desde la Copa del Mundo de 1986-.

3) Argentina y el agotamiento de su granero.
Conocida como el granero del mundo, Argentina se enfrenta al fin de un paradigma, que hace rato llegó, pero del que nadie se quiso dar cuenta, hasta ahora. Los 20 años que lleva la selección mayor sin superar los cuartos de final de un Mundial y los 18 sin títulos en sus vitrinas, se edulcoraban con los éxitos en juveniles donde de la mano de José Pekerman y la brillantez de generaciones como las de Riquelme, Aimar, Saviola, Messi y Agüero convirtieron a la ‘albiceleste’ en la más laureada de la categoría gracias a las coronas de 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007 que se sumaron a la mítica de 1979 con Maradona y Ramón Díaz.

Todo ese buen trabajo que inició Pekerman en 1994 se cortó de cuajo por la “inspiración” de Julio Grondona –presidente de la AFA- de darle cabida a la ‘Generación del 86’ –los campeones de México-. Sin un palmarés que apoyara la decisión se entró en una fase de apelación mística que lejos de acercarse a estándares de trabajo serios y a largo plazo, derivó en un estado de histeria y anarquía absoluta con preparadores inexpertos más proclives a la polémica mediática que al trabajo sazonado. No alcanzan las buenas aportaciones individuales del arquero Esteban Andrada o del extremo Erik Lamela para tapar un nuevo fracaso argentino. La contratación en la mayor del entrenador Alejandro Sabella supone un corte definitivo a ese perfil salido de tono que ha dado la AFA desde 2006. Hay que esperar si el trabajo de Sabella, como sucede en Uruguay, encontrará su correlato en los seleccionados juveniles.

4) Por fin un centrodelantero para Portugal.
Durante los últimos 20 años, Portugal ha contado con muy buenas generaciones de futbolistas que la han llevado por ejemplo a la obtención de un subcameponato europeo en 2004 y a un histórico y meritorio cuarto puesto en Alemania 2006. Sin pasar por alto el respeto ganado en base al surgimiento de futbolistas de primer nivel como han sido Fernando Couto, Paulo Sousa, Rui Costa o Luis Figo, o como lo son ahora Ricardo Carvalho, Cristiano Ronaldo, Nani o Fabio Coentrao. Sin embargo, ambas generaciones tuvieron un serio déficit: la falta de un delantero centro que finalizara las jugadas que con paciencia imprimían Figo y Rui Costa o con vértigo imprimen Ronaldo y Nani.

Desde Nuno Gomes a Hugo Almeida, pasando por Joao Pinto, Liédson o Hélder Postiga, ninguno ha conseguido hacerse indiscutido en una posición fundamental para ganar los partidos, pues si goles son amores, Portugal es una solterona. La aparición explosiva en Colombia del jugador del Benfica Nelson Oliveira –autor de cuatro goles- se vislumbra como una brisa de aire en una pesada tarde de verano. Con condiciones de crack como son potencia física, velocidad y habilidad, Oliveira es el señalado para ocupar ese puesto que en las últimas dos décadas ha carecido de dueño. Es cuestión de que logre algo de continuidad en su club para que esos magníficos atributos demostrados en Sudamérica encuentren su persistencia en el tiempo y así Ronaldo y Nani tengan a quien dar el último pase. A Brasil 2014 llegaría con 22 años, muy buena edad.

5) Europa, la cenicienta.
Muy lejos ha quedado en el tiempo el título de España en Nigeria 1999 con Iker Casillas y Xavi Hernández como estandartes. Ese campeonato fue el último de una selección europea en la categoría. Y claro, había dos ‘fuoriclasse’ como los ya nombrados. La principal razón de esto es la diferencia de madurez entre un joven sudamericano o africano en relación a los europeos. Por una cuestión de economías urgentes, los clubes americanos se ven obligados a la venta permanente y prematura de jugadores para estabilizar sus finanzas. Esto obliga a que los jugadores debuten a una muy temprana edad en sus equipos. En Sudamérica, la edad promedio para debutar son los 18 años, mientras que en Europa esa alegría suele llegar a los 21. Por ejemplo en este caso, Brasil contó con Alex Sandro, campeón de América con Santos; Casemiro, capanga del mediocampo del Sao Paulo y Óscar compañero de Leandro Damiao en la delantera del Inter de Porto Alegre. Sólo entre estos tres jugadores ya tenemos más de cien partidos en primera. La fórmula es similar con los africanos, aunque estos se van a Europa en edad de juveniles y así retrasan también su roce en el fútbol profesional. Pero el poderío físico que tienen es una ventaja incontestable. Ya en mayores, estas diferencias desaparecen y tenemos un claro dominio europeo, donde por caso en los últimos dos mundiales siete de los ocho semifinalistas fueron del viejo continente. Pero hasta alcanzar la mayoría de edad, la historia demuestra que la falta de experiencia pasa factura a los juveniles seleccionados europeos. Por eso es de gran mérito la actuación en Colombia de Portugal y Francia que alcanzaron las semis y de España que cayó por penales con Brasil en cuartos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena nota!