miércoles, 17 de agosto de 2011

RIVER PLATE, EL "DÍA B"

por Emanuel Vergara

El Club Atlético River Plate comenzó anoche a desandar esa inédita ruta de viaje que es, para su rica historia futbolística, la segunda división. Con el triunfo ante Chacarita Juniors por 1-0 con gol de Juan Manuel Díaz, el ‘millonario’ consiguió una victoria clave para quitarse de encima la mufa y empezar a reconstruir su reputación. Tan trascendental como lo fue para la historia de la II Guerra Mundial el desembarco en Normandía, ha sido este paso para el máximo campeón del fútbol argentino, su “Día B”.

Ya está, ya pasó lo peor, pero no por eso comienza un camino de rosas. Tras el trabajoso triunfo de anoche ante el ‘funebrero’, River se sacó una mochila cargada de tragedias. Los ahora dirigidos por Matías Almeyda, quien hizo su estreno como entrenador, rompieron una racha de nueve encuentros sin victorias que llevaron al equipo a descender. Para encontrar la última alegría riverplatense hay que remontarse al pasado 30 de abril, 0-1 a Racing en Avellaneda.

Pero el de ayer no es más que el primero de 37 pasos más que tendrá que dar y que incluirá visitar estadios inéditos como los de Deportivo Merlo -con capacidad para 7.000 espectadores- o Guillermo Brown de Puerto Madryn, ciudad en la que ‘La Banda’ jugará por primera vez. Sin embargo hay razones para entusiasmarse con un rápido regreso a la élite.

Por empezar, el compromiso de los jugadores para con la causa. Los jugadores no se guardaron nada y entendieron que en esta categoría se mete más de lo que se juega. Así, el equipo no se dejó apabullar por un rival que se conoce la más mínima maña de la divisional. Las palabras del ‘Chori’ Domínguez denotan lo que los jugadores sienten, “estamos en deuda con la gente” y jugaron en pos de empezar a saldar esa deuda.

Jugadores de otra categoría. Se notó la diferencia cualitativa entre los jugadores de un equipo y otro. El control del balón, los aciertos de los pases y la velocidad imprimida al ritmo de juego muestran que pese al descenso, River cuenta con jugadores de otra categoría. Desde los regresos de los delanteros Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, hasta la incorporación de uno de los mejores cinco jugadores de la última temporada, el ex Godoy Cruz Carlos Sánchez, pasando por la experiencia del zaguero Agustín Alayes, campeón de América con Esatudiantes en 2009. River ha incorporado acorde a su historia y no a su actualidad y eso evidencia un salto de calidad con respecto a sus rivales que será fundamental para sacar petróleo de donde otros sólo ven desierto.

Los aciertos del entrenador. Almeyda, portador del ADN riverplatense, no es tonto ni demagogo. Sabe que la B Nacional es batalladora y para eso se necesita mucha pierna en la mitad de la cancha. Al DT no se le cayeron los anillos para disponer de un dibujo 4-4-2. Pero la clave ha sido la elección de los componentes. Porque el doble pívot compuesto por Domingo y Aguirre raspan pero también juegan y por las bandas tiene dinamismo con Sánchez y la inesperada pero grata aparición de un chico de 17 años que debutó en el primer equipo, Lucas Ocampos, un zurdo atrevido y encarador pero que tampoco rehúye al sacrificio a la hora de recuperar el balón. Acertó también el entrenador con la inclusión en el lateral derecho del joven debutante Luciano Abecasis en lugar de Alexis Ferrero pues así ganó salida y proyección desde el fondo.

El apoyo del público. Pese al dolor que no los abandonará jamás por un descenso que quedará marcado como una mancha de nacimiento, el hincha de River acompaño y llenó todos los espacios del ‘Monumental’ que estaban abiertos. Casi 35.000 personas acompañaron al equipo en una jornada atípica y lejos de seguir con la marcha de la bronca e insultar a los jugadores, alentaron todo el tiempo, sin violencia y bajo una sola consigna “vamos a volver”. Hay que ver qué hubiera pasado si el gol de Juan Manuel Díaz no llegaba a los seis minutos, pero lo cierto es que el aliento fue conmovedor.

Ha sido un triunfo clave por ser el primero en una dimensión desconocida, por romper una racha de cuatro meses sin victorias que incluyen derrota en el superclásico y descenso, por entusiasmar al público con la posibilidad real de un rápido regreso a Primera y sobre todo para calmar tanto dolor. Ahora, para que este fatídico “Día B” se vuelva verdaderamente en un “Día D”, es necesario que la dirigencia actúe en concordancia con la entrega que tuvieron ayer jugadores, cuerpo técnico e hinchas.

Que de una vez por todas se presente la maldita auditoría de la gestión Aguilar, se acabe con la joda de la barrabrava, que se ponga sobre claro los números de los traspasos de Diego Buonanotte y Erik Lamela, que se informe qué sucederá con el fondo de fideicomiso, que se detalle de donde procede el dinero con los cuáles se ha reforzado al equipo y muchas explicaciones más que si no se dan se corre el riesgo de que nada cambie y si nada cambia, de nada sirve la entrega de los jugadores y el apoyo de los hinchas. La reconstrucción se empieza desde adentro, ordenando al club y encontrando los culpables de la debacle institucional y deportiva porque ese cabezazo de Díaz ayer entró y hablamos de “primer paso”, pero ¿y si no entra?

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