lunes, 12 de julio de 2010

DIARIO DEL MUNDIAL (y XV): ANDRÉS

Tenía que ser Iniesta. La justícia en el fútbol apareció de la forma más pura, más limpia y más sencilla. Don Andrés representa este juego en todo su esplendor; la técnica, la belleza y el gusto por el balón. Nadie trata la pelota como el manchego, nadie levanta la cabeza como él. Piensa, se mueve, la pide, la recibe, la da y se vuelve a mover. Y todo esto con movimientos más cercanos a lo artístico de la danza que a la rudeza del deporte básico. Es listo, pausado, pero también impulsivo. La pone donde quiere, cuando quiere y como quiere. Es Don Andrés y su mirada tímida esconde un monstruo.



No le han dado el balón de oro del torneo, pero no importa lo más mínimo. Estamos acostrumbrados a que se cometan injusticias contra Iniesta. No se han inventado premios para Andrés, porque Iniesta sólo habla sobre el césped. Y da igual, el premio es verle jugar, pagar una entrada para el Camp Nou, sentarse y aplaudir. Porque él siempre está ahí abajo, marcando la diferencia, dando la sensación de que todo gira a su alrededor. Sólo hay que verlo jugar dos minutos para ententer que el chico de piel blanca como la leche es diferente a los demás.

Y dicen que su gran defecto es la puntería y la falta de gol, pero pasará a la historia, paradójicamente, por algunos de sus tantos. El gol de Stamford Bridge en el último minuto de la semifinal de la Copa de Europa en 2009 y el gol en los últimos compases de la final del Mundial 2010, son dos ejemplos de su grandeza. No es una casualidad que el hombre tranquilo tenga el pulso necesario para enchufarla al límite del tiempo. Se sabe superior, sabe que juega a otra cosa, y encima la mayoría de los elegidos que ven el fútbol como él juegan en su mismo equipo. Por eso está tan tranquilo.




No sé vosotros, pero yo cuando recuerde el Mundial de Sudáfrica, pensaré, antes que nadie, en Iniesta.

2 comentarios:

javi javi javi dijo...

Para empezar, el balón de oro debería ser clarísimamente para Andrés Iniesta, no solo por el gol que tanta alegría ha causado en nuestro país y con el que hemos ganado el mundial, sino por el buen campeonato que ha realizado el manchego. Ha mostrado su clase en éste mundial, ofreciendo un juego simple, sencillo pero muy eficaz. En cuanto a la final, España jugó mejor que los holandeses, que salieron al campo a repartir leña y intimidar al rival (veanse las diversas patadas de Van Bommel (un cerdo descomunal) o al karateka De Jong, que por un momento del partido creyó ser Bruce Lee asestando un golpe en el pecho de Xabi Alonso). España supo como no ceder ante la presión y el juego sucio de Holanda, cosa clave para el triunfo. Iniesta, el mejor del mundial, la única pega que le veo es que es del Barça.

Cuidate Tigre!

Carlos Martín Rio dijo...

ai merengón, merengón. Un saludo!