lunes, 7 de febrero de 2011

LIVERPOOL FOOTBALL CLUB

por Carlos Martín Rio

No quiero que esto se convierta en un espacio del Liverpool FC, pero ahí va.



Me gustó la victoria de ayer del Liverpool en Stamford Bridge. Me encantó por todo lo que representa, por la bofetada que supone sólo unos días más tarde del fichaje de Torres. Es un tanto simbólico. Toda esta historia de ostentación pura y dura, el jueguecito de un millonario, recibió una respuesta inmediata por parte de los de Dalglish que, a su manera, también son "puros y duros". Los reds ganaron con armas que se alejan de lo que entendemos por excelencia. La garra y el espíritu, sí, pero también el orden táctico y la rigurosidad defensiva. Si decimos que lo de ayer fue un gran espectáculo futbolístico no nos referimos ni a la magia ni a la calidad técnica. Hablamos de honestidad. Ayer el fútbol se manifestó en Stamford Bridge para dejar claro que, por encima del negocio está el espíritu y que ante la ostentación está el trabajo y la actitud. Meireles, Gerrard, Carra, Kuyt... ver al holandés presionando como un loco, sin aliento, en el minuto 94, es una prueba evidente de que, al fútbol, de momento, no lo van a matar tan facilmente.

En lo deportivo, parece claro que Dalglish ha dado con la tecla necesaria para que el Liverpool siga dando pasos hacía adelante. El camino es largo y complicado, per más vale iniciarlo con buen pie y eso es lo que están haciendo.

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