jueves, 28 de abril de 2011

UNA CONCACHAMPIONS MÁS PARA MÉXICO

por Montse Arqué

Final cardiaca la que se vivió entre el Real Salt Lake y el conjunto de Monterrey para definir al monarca de la Liga de Campeones de la Concacaf de la temporada 2010-2011.

Parecía que ‘Rayados’ tenía un reto muy difícil de superar. En el partido de ida no supo imponer su condición de local y en un juego que tenía dominado, permitió que el cuadro estadounidense sacara el empate a dos goles, resultado que les ponía más cerca del título, dado el criterio de desempate con el gol de visitante.

Pero ‘La Pandilla’ no se amedrentó y salió con ganas a la cancha del estadio Río Tinto, en la ciudad de Utah. Los dos años como invicto del Real Salt Lake en casa no asustó en lo absoluto a los regios.

En un principio, parecía que las ausencias, sobretodo la de Luis Ernesto Pérez, mermaban el funcionamiento del equipo. Había ciertos problemas en la contención y el equipo generó pocas salidas de peligro.

El Monterrey que inició el partido era una sombra del actual campeón del torneo mexicano. En los primeros 45 minutos reflejó esas inseguridades que hoy lo tienen al borde de no calificar al torneo local, al sumar siete partidos sin encontrarse con la victoria.

La experiencia del técnico Víctor Manuel Vucetich, sin duda, pesó en este triunfo del Monterrey. El ‘profe’, desde que apareció en un banquillo en 1998, no ha perdido ni una de las 11 finales que ha disputado. Es más que obvio que en el descanso inyectó a su equipo de ese ánimo para que dieran ese jaloncito y buscar ese gol que los haría campeones.

Otra de las claves que llevaron a Rayados al triunfo es que aprendieron de los errores del juego preliminar. Prácticamente no permitieron ni una sola jugada a táctica fija al Salt Lake -fue así como encajaron los dos tantos en el duelo de ida-.

Y el punto más importante que llevó a Monterrey a la victoria es que regresó el espíritu aguerrido de Humberto Suazo. El ‘Chupete’ se echó al hombro a su equipo y recordó que el es la pieza medular del ataque. Intentó una y otra vez hacer el gol, el cual cayó en el último minuto del primer tiempo, lo que también generó mayor confianza en el cuadro azteca.

Así, Monterrey obtiene una estrella más en sus 66 años de historia y en diciembre, estarán jugando por primera vez el Mundial de clubes, representando a la zona de Concacaf e intentarán superar lo hecho por  Atlante y Pachuca y así dejar muy en alto el nombre de México.

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