por Carlos Martín Rio
El Manchester United ha conseguido en poco más de dos décadas lo que parecía inalcanzable. Cuando Sir Alex Ferguson llegó al banquillo de Old Trafford en aquel lejano 1986, el equipo contaba sólo con siete títulos de liga. Lejos quedaban los 17 entorchados del Liverpool, que aumentó su palmarés hasta 18 en 1990. Hoy, tras el último éxito del entrenador escocés, los ‘diablos rojos’ ya pueden decir que son el equipo con más ligas de Inglaterra (19). Han sido dos décadas de dominio exclusivo, una dictadura voraz que está a la orden del día, pues de las últimas cinco ligas, cuatro las ha levantado el capitán del United. Lo que el Chelsea consiguió el año pasado no fue más que un paréntesis en un monólogo que amenaza con prolongarse.
El octavo campeonato liguero, el primero de esta era prodigiosa, llegó en 1993 –coincidiendo con el inicio de la era Premier League- y puso fin a una larga sequía de 26 años en la que el equipo incluso pasó una temporada en segunda división (1974/75). Durante los últimos 19 cursos, sólo en siete ocasiones se ha roto el dominio 'diabólico': Blackburn Rovers (1995), Arsenal (1998, 2002 y 2004) y Chelsea (2005, 2006 y 2010).
La actual temporada sirve perfectamente como metáfora de lo que ha sido, pues, la historia reciente del fútbol inglés. Y es que los tropiezos de los chicos de Fergie han sido simples anécdotas en un curso marcado por su regularidad. Los demás han vivido de las rachas y, sin excepción, han acabado cediendo ante el rodillo de Old Trafford. Antes de llegar a la primera mitad del curso, se hablaba de cinco aspirantes al título. Además de los a la postre campeones, Arsenal, Chelsea, Tottenham y Manchester City, entraban en las apuestas. Esta ilusionante situación –¿habría algo más espectacular que una Premier League con cinco aspirantes a la vez luchando hasta el final?- se fue deshaciendo a medida que unos y otros cosechaban resultados decepcionantes.
El Tottenham, afectado por la exigente disciplina de las dos competiciones –liga y Champions League- pronto se dejó llevar. El Manchester City, que con Mancini todavía no ha logrado saber a qué juega y no ha hallado la estabilidad necesaria para competir en lo más alto, se fue desinflando mientras el entrenador italiano era cuestionado semana tras semana. El Chelsea de Ancelotti, por su parte, perdió demasiados puntos en el segundo tercio de liga. Cierto es que han sido los últimos en plantar cara, pero este honroso intento de remontada a la desesperada no sirve más para maquillar una mala actuación general. Y luego está el Arsenal. El expediente X. De los gunners y sus pájaras se podría escribir un libro. Fueron los del Emirates la gran alternativa al ManUtd durante muchas semanas, pero lo cierto es que cuando los líderes cedieron puntos, los de Wenger no aprovecharon su oportunidad. Siguen siendo incapaces de dar un golpe sobre la mesa.
No se ha visto la mejor de las ligas en Inglaterra. Ni la competición ni su campeón han destacado por la brillantez ni por las grandes actuaciones individuales de jugadores estelares. El oficio –que no es poco- ha sido la mayor virtud de los de Ferguson, que han mantenido la cabeza fría, sumando muchos puntos con goles en los minutos finales de los partidos. Ha ayudado también la impresionante amplitud de una plantilla en la que cada futbolista aporta, hecho que les ha llevado a mantener un tono físico casi óptimo en pleno mes de mayo.
LA GARANTÍA DE FUTURO
Pese a que el máximo goleador en liga es Dimitar Berbatov (21 goles), el protagonista del año ha sido Javier Hernández. El mexicano, que llegó como un desconocido para el gran público, ya se ha hecho un hueco en el equipo titular y en el corazoncito de la hinchada red devil. Sus 13 goles en liga -20 en el total de la temporada- le han servido para desbancar al búlgaro y formar junto a Rooney en los partidos clave. El ‘Chicharito’ ha convencido a base de goles. Su ratio de dianas por minuto fue espectacular en los primeros encuentros, en los que jugaba partiendo desde el banquillo. Hoy, tras haber participado 44 veces este curso –más que Rooney, más que Berbatov- sigue siendo, de los tres, el que más efectividad demuestra (un gol cada 126 minutos)*. La pareja formada por Roo y el pequeño guisante promete seguir dando tardes de gloria a los ciudadanos de esa república con rey escocés que es el Manchester United.
*En este sentido hay que hacer una mención especial a Michael Owen, el cuarto en discordia, quien habiendo participado, claro está, mucho menos (20 encuentros), marca un gol cada 120 minutos. El olfato no muere.
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