lunes, 13 de junio de 2011

EL INFORME AMERICANO: VÉLEZ Y SU OCTAVA MARAVILLA

por Emanuel Vergara

A las ocho de la tarde del domingo fue el momento de la celebración del octavo título doméstico para el Club Atlético Vélez Sarsfield. A esa hora, se confirmaba la derrota de Lanús ante Argentinos Juniors (0-1) y por eso ‘El Fortín’, que ya había hecho lo suyo ante Huracán (2-0 en Parque Patricios), aferrado a la radio celebró una más que merecida corona que, por estas horas, pocos se animan a negar que podría tratarse de la octava maravilla.

Lejos de ser exagerado los números y las imágenes lo demuestran. Los del Flaco Gareca fueron los que más partidos ganaron (11) y los que más goles convirtieron (34). Pero por sobre todas las cosas, fueron los que mejor jugaron. Con una propuesta audaz en la que el entrenador se animó a juntar a Maxi Moralez y Augusto Fernández por las bandas y Santiago Silva y ‘Burrito’ Martínez en la delantera; sin olvidar que un maduro Víctor Zapata era uno de los doble pívot en el centro del campo, más las constantes subidas por la banda izquierda de Emiliano Papa y la fulgurante aparición del talentoso Ricky Álvarez –pichón de Pastore-, la ‘V’ fue siempre un equipo peligroso que, salvo contadas excepciones provocadas por el desgaste de su participación en la Libertadores, propuso, dispuso y, en consecuencia, obtuvo abrazo, medalla y beso.

Por eso el título es un premio para el mejor equipo no sólo del Clausura sino que de toda la temporada. Pues, en el Apertura, los de Gareca estuvieron luchando hasta la última jornada palmo a palmo con Estudiantes que se terminó llevando el trofeo. En ese momento, el DT pensó en renunciar pues creía que luego de dos años en el cargo había cumplido su ciclo. Fundamental fue la labor del manager Gustavo Bassedas para mantenerlo en el cargo.

Tan duro fue el golpe de perder el campeonato con el ‘Pincha’ que incluso en el comienzo de este campeonato se lo vio dubitativo y nervioso al punto de sacar sólo dos unidades en los primeros tres partidos. Y como si fuera poco, en ese lapso, también perdió dos partidos al hilo en la Libertadores ante Universidad Católica y Unión Española de Chile que hicieron tambalear el proyecto del ‘Tigre’.

Pero en la cuarta jornada todo cambió. Pírrico y trabajado triunfo ante Boca en Liniers aplicando la ‘Ley de Ex’, pues fue el ex xeneize Fernando Ortíz quien se anotó en el marcador. Desde ese momento vinieron, cinco triunfos consecutivos, incluido el 1-2 en ‘El Monumental’ ante River con dos goles de Santiago Silva, sus primeros en el torneo, que desde entonces no pararían de llegar.

Pero si hubo un momento en el que ‘La Pandilla’ metió miedo y presentó credenciales de campeón fue en la fecha 11 como visitante de Estudiantes. Allí, Moralez y compañía se dieron un paseo inmoral, reduciendo al entonces monarca del fútbol argentino a su mínima expresión. Baño de fútbol y goles para un 0-4 que debe archivarse en todas las videotecas bajo el título de V -de venganza-.

Una lástima que el rácano y cínico planteo de Peñarol de Montevideo nos privara de ver a Vélez en la final de la Libertadores. Encima, pese a digna, la despedida no pudo ser más cruel con ese penal de Silva a lo John Terry, resbalándose al momento de impactar el balón que se fue al cielo, como la ilusión de ser el primer equipo de la historia del fútbol argentino en alcanzar el doblete.

Pero este triunfo, no es sólo deportivo sino que también institucional. Pues desde hace 20 años que la de Liniers es una institución modélica del fútbol argentino que ha mantenido al club saneado económicamente y ha sabido elegir entrenadores y respetar proyectos. Así desde Carlos Bianchi, Osvaldo Piazza, Marcelo Bielsa, Miguel Ángel Russo hasta Ricardo Gareca han sabido dejar su huella en la institución. Además, se construyó la Villa Olímpica que es un predio comparable sólo con el de Ezeiza donde se prepara el presente y el futuro del club. Pues de los 25 jugadores utilizados por el entrenador en este Clausura, 14 son surgidos de la cantera. Todo un síntoma de trabajos a largo plazo, eso que en Argentina no se estila.

Desde 1992 hasta hoy, Vélez ha obtenido siete de sus ocho títulos locales y todas sus copas internacionales (5) que incluyen la Libertadores y la Intercontinental de 1994. Y no parece que la cuenta vaya a detenerse pues Bassedas ha confirmado que el plantel no se desmantelará por lo que es de esperar que la base continúe en aras de alcanzar relevancia a nivel internacional y, allí, la Sudamericana se vislumbra como el objetivo más próximo. Traigan vino que en Liniers copas sobran, ¡Salud!

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